Hoy es uno de esos días, que me transformo como un vaivén dentro de su vida. Me suelo pasear por sus rincones sin que él lo note. Triturandome, como solía hacerlo yo sola, con tus palabras, historias. Mi imaginación vuela, dibuja en mi mente caricias, besos, palabras. Soy su brisa actual y me enfrío y hago llover volviendo a sus antiguos climas sin sentido. En estos días, no me soporto, y lo extraño más de lo habitual, aunque esté a mi lado. Son de esos días que no se pasar las páginas de esta historia, estancándome en el secreto de su pasado, olvidando que

su presente lleva
mi
nombre.

Y en estos días lloro, casi sin razones lógicas. Lloro por que necesito desahogar algo, que no sé de que se trata. Tal vez solo menospreciándome, sintiéndome menos en el podio, cuando tengo el primer lugar. Quizás solo por que estoy dentro de esos días, en los cuales el cuerpo, aburrido de tanta felicidad, busca un cambio de ánimo para hacer notar que los sentimientos aún funcionan bien. Es en estos días, vuelvo a ser como en aquellos otros días, que vivía teniendo este tipo de días. Por suerte, son pocos esos días.